Un logo nace de la necesidad de una empresa, de crear un símbolo que la distinga en el mercado, una diferenciación entre las demás marcas que puedan existir, representando a dicha organización.
Desde una sencilla factura, que por insignificante que parezca, hasta un difundida publicación, esa imagen hablará por si sola de dicha organización, el logo es la primer pieza gráfica de la cual se debe partir en una empresa, de ahí radica su importancia, de el nacerá y se irá desarrollando la identidad visual del grupo y sus demás piezas, participando en el proceso que se dará con el pasar del tiempo para crear marca.
Desde la antigüedad, el hombre ha visto la necesidad de grabar mediante “huellas” su presencia en un sitio; Desde los símbolos en los escudos medievales que representaban a un caballero y su clan, hasta íconos universales tales como la cruz cristiana, todos buscando impregnar en una simple imagen, un fuerte poder simbólico e intrínseco que mueva masas.
El proceso de creación de un logo símbolo, inicia cuando una organización ve la necesidad de crear una imagen que los identifique.
Los profesionales gráficos tenemos la habilidad, para aconsejar, proponer y crear ese elemento que represente a la organización.
Dentro del proceso de creación del logo, en primera instancia se hace una recopilación de los datos actuales de la empresa tales como:
- Nombre actual del servicio o producto: muchas veces el nombre es un indicio determinante para el rumbo y la forma final que tome el logo.
- Tipo de servicio o producto: es clave para encaminar en esa imagen una representación simbólica de la principal actividad de la empresa.
A partir de estos datos, y además de analizar el estado actual de la imagen de la empresa, ya sea si se trata de un diseño que comenzará de cero, o un rediseño de la imagen de la organización, junto con otros datos que el cliente puede proveer y que ayudan a un resultado más pertinente por parte del diseñador, tales como indicios de colores, estilos y adjetivos de su marca (moderna o conservadora, dinámica o estática ETC.) todo esto siendo el cliente un gran conocedor de su propia empresa, entre otra información, aportando a el diseñador a alimentar esa inspiración, transmitiendo el espíritu correcto de la empresa mediante esa imagen, la cual quedará impregnada, y llena de simbolismo en el resultado final.
Una vez recopilados los datos, es turno para la bocetación. Muchas veces se trabaja iniciando desde papel y lápiz, más adelante se digitaliza en un programa vectorial (programa de diseño). Son muchos los caminos que se pueden tomar, hay un sin fin de colores, formas y figuras por las que un diseñador puede optar, he ahí el verdadero reto de sintetizar y escoger que ruta tomar para su propuesta.
El proceso de diseño va tomando forma, a veces representa un reto y aunque pareciera simple es todo un trabajo decidir, escoger y abstraer para llegar a una forma final. (click para ver imagen proceso diseño) A medida del desarrollo, el diseñador se sentirá más augusto con una forma en particular, con la que entrará después a evaluar colores, tipografías ETC. esto depende del método de trabajo y que es particular
en cada profesional.
Finalmente cuando se tiene una propuesta final, esta es presentada al cliente, el cual también puede aportar con sus retroalimentaciones, correcciones, buscando haya un resultado satisfactorio por ambas partes.
Una vez el logo ha sido escogido, este es pulido, finalizado y preparado, para hacer entrega al cliente de los archivos finales y lineamientos, con los cuales, la empresa se asegurará de transmitir la información para futuras piezas del negocio y el desarrollo de la marca, velando por su correcta aplicación durante todo el proceso de elaboración de piezas e información que transmita la empresa con su nueva, simbólica y potencial imagen.